Papeles del Psicólogo, 1990. Vol. (43).

ALEJANDRO TORRES CARBAJO.

Vocal de la Junta de Gobierno del COP

Querido PIR:

Después de tanto documento, de tanta discusión y también -has de reconocerlo- de tanto trabajo, he pensado que lo mejor era escribirte.

¿Cómo poder explicarte todo? En fin, empezaré diciéndote que el nombre que te hemos elegido, que no es demasiado bonito, ha sido por causa de tus hermanos mayores y se trataba de que tú no fueses distinto.

Total: dentro de tres años serás psicólogo clínico. Este nombre también ha sido conflictivo. ¡No creas! Últimamente hay un cierto rechazo al término clínico, no sé si por lo histórico, por lo médico o por su acepción más etimológica relativa a la cama. Te querían poner psicólogo de la salud o psicólogo comunitario, cualquier cosa menos asociarte con un concepto que puede traer connotaciones clásicas, de enfermedad o psicométricas. Estamos en una época que impera el concepto de salud, a veces incluso con visos de religiosidad, y todo ello pueden ser factores contaminantes. Al final has tenido que ser psicólogo clínico, denominación reservada para los especialistas en salud mental. Los psicólogos de la salud serán o son los que trabajan en otros campos de la salud/enfermedad.

Mira, el psicólogo clínico ha sufrido un proceso de cambio en los últimos años que has de conocer.

Este proceso ha venido dado como producto del contexto en el que inserta su trabajo. Y así, si antes su identidad venía marcada por la institución, ahora está marcada por el contexto que impone la asistencia dentro de la reforma psiquiátrica.

Has depararte ante la Historia. El psicólogo clínico de hace años era aquel profesional que insertado en el Departamento de Psicología de la institución con status de jefe de servicio o adjunto, se encontraba reducido a su departamento con funciones fundamentalmente psicométricas o intervención es terapéuticas esporádicas, siempre indicadas por el psiquiatra, responsable, en último término, de las pautas a seguir. Esto era el centro o figura profesional central, aunque el psicólogo tenía el prurito de imponer la ley en su departamento o mantener fantasías de autonomía o poder.

Con la reforma psiquiátrica y la implantación de la atención comunitaria en relación con la salud metal se abren nuevas perspectivas. El rol, la ubicuidad y la identidad dan un giro importante. En esta nueva concepción el psicólogo pasa del departamento al equipo, de la periferia el epicentro, de lo simple a lo complejo.

Pero, querido PIR, te quiero prevenir porque en esta complejidad has de tener en cuenta diversas cuestiones.

El psicólogo trabaja inmerso en el equipo de salud mental, en el que es determinante su cohesión, de tal manera que todos los integrantes compartan y asuman los objetivos marcados. Esto lleva normalmente, dentro de una jerarquía, a un intercambio de papeles y a una horizontalidad en el trabajo entre todos los Profesionales y te verás en la tesitura bien de enfatizar tu papel o bien de uniformarte con todos los demás.. Pero ten en cuenta que si haces énfasis en el tuyo corres el peligro de ubicarte en un nivel de «manejador de técnicas» y hacer más una tarea de gabinete que comunitaria, con lo cual te aislarás de la dinámica del equipo. Pero también es verdad que en el segundo caso, dado lo complejo del campo asistencial, inmerso en los conceptos de lo comunitario-lo social-el equipo la prevención-la asistencia primaria, etcétera, puedes caer en un terreno de una simple praxis en el que los conceptos de clínica y técnica pierden todo su sentido.

Bueno, también te diré que en este mundo en el que te hemos metido vas a tener algún problema en las unidades de hospitalización. También se llaman de agudos-de corta estancia-de Psiquiatría en hospital general. Es un tema que todavía no está claro.

Verás: es que esos sitios suelen ser como lavanderías donde se hace un lavado-centrifugado-secado muy rápido y no hay tiempo ni siquiera para ver el color de la ropa. Así las cosas, poco vas a hacer allí. A mí, te diré, que me gustan, pero con otro diseño, es decir, que sean de corta estancia y acepto sin dificultad que haya un predominio de la química, pero creo que debería de haber también un lugar para la palabra.

Para terminar, cómo no, te quería hablar de la ética.

Ahora que estás aquí, y no tienes vuelta atrás, no olvides que vives en el sector público. Piensa, por tanto, que el paciente en el ámbito de la práctica privada puede elegir en función de su demanda: podrá elegir su psicoanalista o su terapeuta de familia, etc., pero en la función pública, ¿a quién encuentra en el sector que le corresponde?; ¿puede ser el paciente víctima, acaso>de la orientación del terapeuta? ¿Cómo justificar, por ejemplo, que distintos usuarios con problemas comunes, uno se encuentre bajo la terapia de un orgonterapeuta y otra bajo la de un psicoanalista, conductista, etc.?

Piensa en esto y no seas fanático, porque has de saber que en nuestra práctica nos movemos entre algunas creencias y algunos datos y has de aprender a discernirlos, y no olvides que la complejidad de la asistencia en salud mental crea un sistema en el que vale todo, o mejor, vale lo que funciona.

Con todo ello, has de tener en cuenta que la ética para el terapeuta quizá esté en relación a hacer lo mejor posible lo que él sabe y lo que él cree, pero la ética para el usuario quizá esté en relación a aplicar el método terapéutico que más éxito tenga.

En fin, para ir terminando, ves que hay problemas, pero también has de pensar que tienes la posibilidad de adquirir una sólida formación y una identidad bien definida.

No olvides que hay gente que no te acepta y por eso no estás aún legalizado.

Espero que nos sepas perdonar los errores que tú, inocente, vas a pagar. Yo deseo que tengas una larga y fructífera vida.