Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 1992. Vol. (54).
AMADOR CERNUDA.
Psicólogo de las Federaciones Nacionales de Gimnasia y Kárate.
PSICOLOGÍA DEPORTIVA
La psicología del Deporte Profesional parece estar de moda. Acontecimientos como la Olimpiada de Barcelona y la polémica surgida en los últimos meses sobre el trabajo de estos profesionales, sobre todo en el ámbito futbolístico, han suscitado la atención de los diversos medios de comunicación que en la mayoría de los casos han divulgado, salvo honrosas excepciones, una imagen poco rigurosa, frívola y sensacionalista de lo que es la psicología del Deporte Profesional.
Sin embargo, la realidad es bien distinta a esta imagen ofrecida al público. Los psicólogos que se dedican de forma profesional al deporte no llegan a la decena en todo el país sólo tres federaciones nacionales cuentan don psicólogos, reconocidos y pagados como tales -curiosamente, las tres en las que se ha obtenido medalla olímpica, Gimnasia, Hokey y Fútbol-, el intrusismo profesional es norma -en ocho federaciones nacionales existe la «preparación psicológica» sin psicólogo-; profesionales, como el psicólogo de la selección nacional de fútbol o el del Albacete C.F., ha sido aparcados sin más o han tenido que dimitir de su puesto por ello queremos ofrecer en estas páginas una visión rigurosa y precisa de la situación profesional en este ámbito a través de los análisis y de las opiniones de los psicólogos que trabajan en el mismo aprovechamos también estas líneas para recordar la celebración de I Encuentro sobre Psicología Ciencia y Artes Marciales, que se celebrará en los primeros meses del próximo año en Madrid, organizado por la Delegación de Madrid del COP.
El deporte es una de las actividades sociales que más protagonismo ostenta en las sociedades desarrolladas. Analizando cualquier medio de comunicación social podemos evidenciar la importancia del deporte con una simple contabilidad del espacio que se le dedica. Cualquier periódico, programación de radio y de televisión dedica numerosas páginas y tiempo a información y retransmisiones deportivas.
La Psicología Aplicada que a lo largo de la historia ha ido abriendo diferentes contextos de intervención para el psicólogo Profesional ha tenido y tiene un reto en el mundo del deporte. La Psicología del Deporte es aparentemente una disciplina muy joven. No obstante, se pueden rastrear trabajos pioneros a finales del siglo pasado. El primer Laboratorio de Psicología del Deporte en el mundo fue establecido por Carl Diem en el Deutsche Hochschule fur Leibesunbungen en Berlín en 1920. Cinco años más tarde se fundó el primer Laboratorio de Psicología del Deporte en Estados Unidos, su impulsor fue el Histórico Coleman Griffith, probablemente uno de los primeros psicólogos profesionales del deporte. En la hasta hace poco llamada Unión Soviética, impulsada por los intereses le la carrera espacial, la disciplina tuvo un asesoramiento académico temprano, emergiendo como disciplina de estudio y campo aplicado entre los años 1945-1957. Psicólogos rusos, de los que nosotros hemos aprendido mucho de lo que sabemos, como Roudick, Puni y Hanin, desarrollaron los primeros trabajos de Prestigio en las Universidades de Moscú y Leningrado.
En Norteamérica no se formalizó la disciplina hasta los años 60. Bruce Olgivie, Thomas Tukto, William Morgan, Daniel Landers y Rainer Martens son psicólogos clave de este período, en el cual se crea la International Society of Sport Psychology (1965, Roma). En la década de los 70 es cuando la Psicología del Deporte se empieza a imponer como elemento de utilidad en el entrenamiento deportivo y a partir de este momento es cuando comienza a surgir el fenómeno de la profesionalización, aspecto que queremos resaltar con esta comunicación.
En España y en los países Iberoamericanos, la Psicología del Deporte ha sido algo anecdótico hasta muy recientemente. En nuestro país la coyuntura que supuso la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona ha permitido que esta área experimentara una aparente evolución, aunque ahora ya hemos culminado el proceso y finalizada ya la Olimpiada podemos valorar el resultado.
En 1986 un grupo de psicólogos interesados en este ámbito creamos la primera comisión de Psicología del Deporte en la Delegación de Madrid del Colegio Oficial de Psicólogos, por la misma época también se habían puesto los cimientos de la Federación Española de Psicología del Deporte... No se trata de hacer historia, tan sólo a reseñar que la confirmación de la candidatura de Barcelona como sede de los juegos Olímpicos abrió esperanzadoras ilusiones de desarrollo y de aparición de puestos de trabajo en este área. No obstante, la realidad, como a continuación se desprende, no ha sido todo lo benefactora que se pensaba.
Dentro de la importancia que el deporte ha adquirido en nuestra sociedad en estos últimos años, la Psicología se ha beneficiado a diferentes niveles:
- El papel de la Psicología y del psicólogo en el deporte se ha divulgado en reportajes, publicaciones, jornadas...
- Los colectivos de psicólogos interesados en el deporte ha proliferado.
- La formación académica del psicólogo del deporte se ha creado en la actualidad; entre otras posibilidades existen dos masters (uno en la Universidad Autónoma de Barcelona).
- La investigación sobre aspectos psicológicos del deporte se ha incrementado.
La profesionalización
Pero, ¿qué ha ocurrido con la profesionalización?; ¿trabajan ahora más psicólogos en el deporte que antes? La respuesta no es tan positiva, obviamente hay más psicólogos trabajando en el deporte, pero las expectativas generadas no se han cumplido. Hace unos meses publicarnos en la Guía del Psicólogo una nota mediante la cual solicitábamos a los profesionales del sector que se pusieran en contacto con nosotros. Las respuestas fueron amplias, pero los verdaderos profesionales escasos. Hemos consultado también fuentes oficiales a nivel de organismos deportivos y como conclusión bastante fidedigna podemos afirmar que como máximo diez profesionales («licenciados en Psicología») viven o casi viven económicamente de la Psicología del Deporte. De esta cifra quedan excluidos profesores de Psicología del Deporte (INEF, Facultades... ) y funcionarios de Administraciones Públicas locales que ejercen funciones relacionadas con la Psicología del Deporte, pero que profesionalmente son funcionarios.
Un número tan reducido de profesionales en un área tan prometedora y con una coyuntura social tan favorable para su desarrollo exige una reflexión profesional seria.
En los países occidentales el tema de la profesionalización del psicólogo en el deporte ha levantado numerosas polémicas que los interesados pueden rastrear fácilmente en la bibliografía especializada (Brodsky y Raviza, 1985; Brown 1982; Gardner, 1991; Niddefer, 1981; Salmela, 1981; Silva, 1989; Taylor, 1991). En los países del Este, antes de la disolución de la URSS, la profesionalización no planteaba problemas, los roles y posiciones estaban claramente demarcados, ahora, sin embargo, el futuro de nuestros colegas allí es bastante incierto ante las nuevas disposiciones económicas oficiales respecto al deporte. En España, la problemática de la profesionalización va unida en parte a la problemática de la propia Psicología mundo del deporte en particular.
Los problemas que hemos observado y recogido en estos años los podríamos sintetizar fundamentalmente en los siguientes aspectos:
- Los directivos y técnicos deportivos tienen ideas confusas de la Psicología y del papel del psicólogo en el deporte. Para los más abiertos, en general, la Psicología es una especie de brujería, de apuesta milagrosa. Para los más negativos la Psicología y el psicólogo son pura charlatanería.
- El intrusismo profesional ha dañado y caricaturizado la imagen del psicólogo. Muchas de las primeras aproximaciones al deporte han tenido un carácter «parasicológico», orientalista (en un sentido pseudomístico y fantástico).... que han dejado una mala imagen del llamado entrenamiento mental que es el aspecto técnico que teóricamente el psicólogo del deporte tiene que desarrollar en parte.
- La confusión generalizada y en el ámbito deportivo español entre la Psicología del Deporte y la Sofrología. En este foro no queremos hacer ningún tipo de análisis, ni crítica de la Sofrología, ya que en principio es respetable la libertad del profesional de utilizar las técnicas que considere útiles en su labor, siempre que el profesional deportivo que utilice la Sofrología sea licenciado en Psicología. Pero sí creemos que es un intrusismo, y como tal denunciable, que otros profesionales, no licenciados en Psicología y formados en la llamada «Escuela Sofrológica», ofrezcan servicios de psicólogo del deporte amparándose en sus supuestos dominios de lo «mental». Como prueba del daño profesional que ha creado esta situación baste ejemplificar que de todas las federaciones nacionales con participación olímpica tan sólo tres tienen contratados los servicios de psicólogos del deporte (licenciados en Psicología), sin embargo ocho federaciones tienen contratados servicios «mentales» dirigidos por no licenciados en Psicología amparados en la Sofrología.
La Sofrología no es más que una aproximación tecnológica por mucho que sus defensores la definan como la ciencia de la conciencia, y reducir la Psicología del Deporte a la Safrología sería como reducir todo el campo de estudios de la Psicología al estudio de un minúsculo apartado.
- La propia mala imagen generada por profesionales psicólogos mal formados o que no han tenido en cuenta el contexto deportivo. Hay una idea generalizada en muchos deportistas de que los psicólogos lo único que hacen es pasar tests.
- El no cumplimiento del código deontológico. En algunas federaciones y en el colectivo de deportistas existen también prejuicios ante el psicólogo por experiencias pasadas desafortunadas realizadas por profesionales, en su mayoría no licenciados en Psicología y que saltándose las normas profesionales divulgaron informaciones íntimas de los deportistas obtenidas tanto en entrevistas personales como en diagnósticos. La falta de responsabilidad y honestidad de estos profesionales ha creado en algunos sectores una sensación de que el psicólogo es un correveidile del entrenador y de los directivos y que su función más que de ayuda es de espionaje.
- Otro factor observado que ha ayudado a confundir a los técnicos deportivos es el trasladar a un medio no especializado las discusiones ideológicas que algunos colectivos de psicólogos mantienen, dando una imagen pobre como cuerpo profesional.
- Otro elemento que en diferentes modos tampoco ha favorecido el desarrollo de la Psicología del Deporte han sido los medios de comunicación social en sus diferentes versiones. Las informaciones, reportajes... ofrecidos por los medios de prensa no han sido rigurosos, han abundado los tratamientos frívolos, el sensacionalismo... (obviamente existen honrosas excepciones).
- Un aspecto que nosotros hemos sufrido al principio de nuestro proyecto empresarial, entorpeciendo probablemente un desarrollo más amplio y rápido y que seguramente otros colegas habrán padecido, es el excesivo secretismo con que hemos trabajado con importantes figuras del deporte, cuyos asesores de imagen consideraban no conveniente el conocimiento público de la labor del psicólogo para evitar asociaciones indebidas, «loquero», llegando incluso a incluir cláusulas referentes a este aspecto en los contratos. Si hubieran sido públicas algunas de las labores realizadas, el colectivo deportivo se habría sensibilizado antes de la necesidad y relevancia de la Psicología en el Deporte.
- Otro aspecto vinculado a los factores económicos también ha perjudicado a diferentes colegas en su ejercicio y a la propia imagen del psicólogo como profesional. Algunos profesionales han facilitado servicios cuya cobertura económica ha sido excesivamente barata o no existente. creando de esta manera una imagen irreal de profesional de «segunda» nada beneficiosa ni prestigiante para la labor del psicólogo en el deporte (Institutos, Universidades ...).
- Algunos entrenadores, mal informados o con ideas confusas acerca del psicólogo, consideran al mismo como un rival y un intruso de su parcela profesional, poniendo, en base a esta concepción errónea, las máximas barreras y obstáculos a la presencia o contratación del psicólogo en sus clubes.
En base a todo lo expuesto, consideramos fundamental para el desarrollo futuro de este área profesional y de su consolidación la clarificación del rol del psicólogo deportivo y su divulgación en el colectivo del deporte, especialmente en el estamento de los entrenadores. Una información clara, y específicamente dirigida, posibilitará la desaparición de ideas erróneas y frenará el intrusismo profesional. Aunque ya se están iniciando trabajos en este sentido en algunas Delegaciones del COP, es necesario potenciar más esta actividad y unificar criterios.
Otro tipo de medida que consideramos igualmente necesaria y válida es la propia autoinformación dentro de nuestro colectivo profesional, es menester sensibilizar a los psicólogos del deporte sobre la existencia del código deontológico. Este debe conocerse y aplicarse. Sólo así la labor profesional puede ser correctamente ejercida. También es importante motivar, a los psicólogos interesados en este ámbito, sobre la necesidad de formación general y específica. El contexto deportivo debe conocerse y comprenderse para poder intervenir con efectividad. A largo plazo sólo una buena labor profesional prestigiará y consolidará la presencia del psicólogo en el deporte profesional. Nuestro presente como psicólogos del deporte está reconocido a nivel internacional en base a los diferentes éxitos que se han ido alcanzando en el deporte español, con la presencia de psicólogos entre los técnicos que formaban los equipos que han alcanzado el máximo nivel, ser campeones del mundo. Por tanto, la puerta hacia el futuro está abierta y aunque en algunos compañeros la sombra de la desilusión ante las no expectativas cumplidas por los juegos Olímpicos de Barcelona 92 esté presente, hay que seguir potenciando la presencia del psicólogo en el deporte, ya que el abanico de posibilidades es muy amplio y todo el deporte no se agota en una Olimpiada.