Papeles del Psicólogo, 1994. Vol. (60).

Fernando Chacón.

Presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

En primer lugar, quiero agradecer a D. Manuel Berdullas, Presidente de la Delegación de Madrid y a D. Francisco Santolaya, Decano de la Junta de Gobierno Estatal del Colegio Oficial de Psicólogos, presentes en este acto, por haber delegado en mi persona la representación institucional de nuestra institución, y brindarme la oportunidad de expresar el reconocimiento público de todos los colegiados a la memoria de D. Mariano Yela.

Personas mucho más relevantes que yo han resaltado en esta misma conmemoración y en ocasiones anteriores, la sobresaliente figura de D. Mariano Yela en sus múltiples facetas, como persona, como investigador, como intelectual, como humanista en fin. Me cabe a mi el honor de subrayar con estas breves palabras su importante labor en favor del desarrollo de la Psicología como profesión en España. En este sentido desearía que mi intervención no fuese tanto una muestra por el dolor que nos produce a todos los profesionales de la Psicología su pérdida, como una manifestación de nuestro agradecimiento por su trabajo y por lo que ha significado su vida.

A la mayoría de los más jóvenes les sorprenderá saber que el primer encuentro de D. Mariano Yela con la psicología aplicada no fue ocupando el rol del profesional, sino de cliente. En efecto, hacia 1934 el equipo formado por José Germain, José Mallart y Mercedes Rodrigo, los primeros psicotécnicos españoles, aplicaron una batería de test en el humilde colegio donde estudiaba, y gracias a sus excelentes resultados en los mismos, pudo continuar sus estudios. Pocos ejemplos como este pueden demostrar la utilidad de la Psicología.

Qué duda cabe que sus múltiples relaciones con Universidades europeas y americanas durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta, además de contactos académicos, supusieron relaciones con asociaciones y grupos profesionales, que mantuvieron viva la llama de la Psicología española en esos difíciles años.

No es casualidad que su primera publicación, al menos de las que tengo constancia, en 1946 se refiere a la Asociación de Psicólogos Americanos. Además de pertenecer a esta asociación profesional desde 1947, era miembro entre otras, de la Asociación de Psicología Científica en Lengua Francesa, la Unión Internacional de Psicología y la Sociedad Francesa de Psicología.

Guiado siempre por su vocación "de estudiar al hombre y hacerlo, o intentarlo por todos los caminos", contribuyó, de forma importante, al desarrollo de la Psicología aplicada. En aras a la brevedad, sólo perfilaré las líneas principales de algunas de ellas.

En el ámbito de la Psicología del Trabajo organizó departamentos de Psicología en diversas empresas y ámbitos de la administración, y participó, en 1955, en la creación de la Sociedad de Estudios y Asesoramientos.Actualmente este nombre, a muchos no les dirá nada, pero basta decir que esta entidad se transformó, posteriormente, en Técnicos Especialistas Asociados (TEA).En sus propias palabras, entre los años 1952 y 1970 dirigió y realizó numerosos programas de diagnóstico de empresa, de orientación, clasificación, selección y formación de personal, de análisis y evaluación de tareas y de formación de mandos medios y superiores.

En el ámbito de la Psicología Educativa, organizó servicios de psicología en centros escolares y dedicó múltiples publicaciones a la orientación escolar.

Aunque su vinculación con la psicología clínica es, quizás menor, fue uno de los primeros psicólogos en introducir, no ya en España, sino en Europa, la Psicoterapia de Rogers.

Los casi 150 tests psicológicos que desarrolló o adaptó han sido, y continúan siendo, instrumentos imprescindibles para los psicólogos aplicados. Pero, más allá de este valor instrumental, se encuentra el valor simbólico de los mismos como referente tradicional de la identidad profesional de los psicólogos.

Pero, si las aptitudes profesionales de D. Mariano Yela son innumerables, he de reconocer que, personalmente, lo que más me sorprendió, y aún me continua sorprendiendo, fueron sus actitudes. Actitudes que son inseparables de la labor psicológica: su tolerancia, su apertura de mente, su humanismo,... La lista se haría interminable. Pero, quisiera destacar dos aspectos y poner un ejemplo como muestra de cada uno de ellos:

El primero su preocupación por vincular la Psicología a los problemas de la sociedad. Y, así, por ejemplo, en el emblemático año de 1968, se atreve a escribir sobre "La crisis de la Universidad".

El segundo su insaciable curiosidad intelectual, que le llevó a descubrir nuevas áreas de intervención profesional mucho antes de que la mayoría ni siquiera las atisbásemos. En 1973, el Doctor Yela impartió un seminario sobre las "Los procesos de Telecomunicación y la vida psíquica". Hoy, la aplicación de la Psicología en el ámbito de las nuevas tecnologías es un campo innovador en nuestra disciplina.

Por un guiño legalista de la historia, D. Mariano Yela, una de las personas que más ha hecho por el desarrollo profesional, y como ha ocurrido con otros eminentes psicólogos, no pudo inscribirse en el Colegio Oficial de Psicologos. La Junta de Gobierno Estatal reconoció esta deuda institucional nombrándole miembro de honor del Colegio Oficial de Psicólogos y, en el pasado mes de junio, se le designó miembro de honor de la Delegación de Madrid.

Con su actitud cordial, nunca se negó a las colaboraciones que le solicitábamos y, así, tenemos el honor de haber dado cabida, en nuestras revistas y, en concreto, en la Revista de Intervención Psicosocial, a alguna de sus últimas publicaciones.

Como él mismo escribió en su autobiografía, su vida ha sido, fundamentalmente, una aventura ilusionada, y todos nosotros estamos recolectando sus frutos.

Los que le conocimos, podemos afirmar que su vida ha sido ejemplo de "vitalidad ascendente" como la de aquellos hombre ilustres cuyas biografías le leía D. Ramón Pascual, uno de sus primeros profesores en el colegio Andrés Manjón. En 1948 D. Mariano Yela, según sus propias palabras, sólo podía hablar en España de Psicología científica con el profesor Germain. Hoy, gracias, en gran parte, a sus esfuerzos, no sólo somos casi 30.000 psicólogos profesionales, sino que la Psicología tiene, cada vez, mayor presencia en la realidad española.

Quiero terminar dando las gracias al profesor Yela por todo el tiempo que le restó a sus investigaciones y lecturas para trabajar en la consolidación de la Psicología profesional en España.