Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 1995. Vol. (61).
Francisco Granados Pérez
Sobre el tema de reflexión y debate que se plantea inciden diferentes perspectivas o vértices. Resulta obligado, aunque sólo sea por la limitación de quien esto escribe, la distinción, en lo posible, dada la inevitable incardinación cultural, de los aspectos políticos y sociales de los rigurosamente psicológicos. Más aún, también, de los psicopatológicos.
La adopción por parte de parejas homosexuales, en cuanto planteamiento, parece inscribirse dentro de la reivindicación de normalidad de una orientación sexual. Es decir, se encontraría dentro de la normalidad buscada y exigida para la situación de las parejas homosexuales. La orientación de la sexualidad no tiene porque ser un obstáculo a los plenos derechos de un ciudadano. Sin embargo, debe señalarse la paradoja, incluso en la estrategia de los grupos activos, de la exigencia de normalización junto con la afirmación "somos diferentes y basta".
Sentado lo anterior, está la óptica del interés del niño. La normalidad que puede o debe ofrecérsele. La posibilidad de adopción por parejas homosexuales no es lo mismo, y no parece sea necesario discutirlo, que la exigencia de un registro de parejas.
Las formulaciones legales que alimentan la polémica, al menos las más cercanas, son ambiguas y generales. Ello no influye para que el planteamiento sea enriquecedor y liberador. Nos sirve para reflexionar e interrogarnos sobre la influencia de la sexualidad mental, la sexualidad biológica y el ejercicio de ambas en la vida cotidiana que se ofrece como marco en el que el niño deberá llevar a cabo la asunción de la propia identidad sexual, en relación con su cuerpo y su desarrollo psicosexual. Siempre en relación al otro.
No es el problema de la educación del niño por un solo sexo, tema vinculado a la familia monoparental y sus circunstancias. El problema se plantea en torno a una familia en la que el otro sexo, un otro sexo, se encuentra ausente en los padres, al menos biológicamente. ¿Bastaría, para un buen desarrollo psicosexual del niño, con una identidad sexual satisfactoria, la doble sexualidad psicológica presente en toda persona? ¿Es la realidad psíquica sexual lo predominante? ¿Es suficiente lo masculino en lo femenino, lo femenino presente en lo masculino, sea consciente o no, para el normal desarrollo del proceso de individuación/ separación, para el normal desarrollo de una identidad sexual en el niño?. ¿ Cómo se hace posible la necesaria triangularidad estructurante? ¿Puede considerarse avance cultural la posibilidad de un desarrollo sexual no acorde con lo biológico?.
La homosexualidad es algo plurisignificativo. Se trata de un término fenomenológico o descriptivo que cobra un sentido al considerarse la fantasía subyacente o las motivaciones. La orientación de la sexualidad ¿Debe, puede ser considerada como un algo aparte del resto de la persona?.
De ahí que no puedan establecerse generalizaciones. Si puede hablarse de una pareja homosexual estable como de algo "normal" ... ¿lo es para el niño?.
Hay niños en familias homosexuales, madres lesbianas, con resultados en el desarrollo psicoafectivo y en su identidad sexual totalmente parangonables a los de niños en familia con parejas heterosexuales. Así aparece en la conclusión de varios estudios.
Una pareja homosexual ¿qué significa para las necesidades e intereses del niño? Una cosa está clara, al niño deben ofrecérsele "toutes les chances", las mejores condiciones posibles para su desarrollo. ¿Puede llevarle a confusión interna o una mayor dificultad para la integración e identidad de su sexualidad, el hecho de un desarrollo psíquico sexual en los padres contrario al biológico?. ¿La separación género/sexo en los que ejercen la función parental es neutra, o incluso positiva, con respecto al niño?
Para mi no hay duda de que puede ser perjudicial al niño/a la negación o el rechazo del otro sexo ( o incluso, simplemente, del otro), la negación de la castración que puede haber tras una homosexualidad, pero ello nos lleva a un terreno psicopatológico. ¿O es que no es perjudicial la negación o rechazo o menosprecio del otro sexo, la negación de la castración,... en la heterosexualidad? Suele decirse que los homosexuales surgen de las parejas heterosexuales. Si puede afirmarse que la heterosexualidad en los padres, en sí, no garantiza una identidad sexual adecuada, suficiente, ¿puede decirse que la homosexualidad en los padres en sí, supone (o no supone) un desarrollo deficitario sexual en el niño?.
La importancia de la relación del niño y de la niña con figuras de identificación y contraidentificación sexual aparece muy pronto en el desarrollo evolutivo del niño.
Figuras que ejercen funciones básicas para su estructuración psíquica.
Nos vemos avocados a la consideración de cada caso. Poner en relación las necesidades específicas del niño y lo que puede responder a ellas en la pareja que quiere adoptarle.
Esto nos sitúa de pleno en el lugar del niño en la fantasmática de los padres, a través de ella el niño o la niña llevará a cabo su encuentro con el mundo y la tarea de situarse sexualmente en él. Una pareja adoptante plantea una serie de interrogantes que, evidentemente, no podrán ser respondidos pero sí enfocados, y situados en la dinámica personal y de relación de objeto, sólo en el análisis de su deseo. Unica forma de que no condicionen, más de lo normal, el destino del adoptado. No es indiferente la edad del niño, la historia del niño empieza antes de su nacimiento, antes de su adopción. Es posible que de la calidad del aspecto reparador, presente en toda adopción, dependa en buena parte la bondad de ésta.
Cabe que no pueda ofrecerse al niño, a todo niño, un marco suficientemente adecuado para su desarrollo. Eso no quiere decir que por no poder ofrecerle un "todo" le neguemos aquello que puede dársele. Aquí habría que plantearse el caso de los niños del sida, de la calle o con determinadas edades o problemas. No debe olvidarse el papel que los modelos subrogados, presentes de una u otra forma en el entorno, representan para el niño en momentos cruciales de su desarrollo.
Una orientación sexual no puede ser, tampoco tiene que serlo, una negación de la diferenciación. La diferenciación psíquica sexual, en sus vicisitudes y vínculos con la diferenciación biológica, se presenta como una realidad de la maduración, siempre en la incompletud, del hombre y de la mujer. La negación del límite, en una megalomanía sobre lo otro, en una omnipotencia bisexual, impediría el duelo necesario de lo que no se es. Duelo que potencia los vínculos temporal, espacial y social que constituyen la identidad.
En la medida de lo posible, hay que huir de influencias ideológicas. Precisamente, por lo costoso que nos resulta la asunción de la propia identidad sexual, sea cual sea, en sus límites y ambigüedades, la liberación del prejuicio es difícil, por fría y racionalmente que queramos situarnos.
Francisco Granados Pérez
Psicoanalista. Doctor en Psicología
Psicólogo de la Administración de Justicia
Juzgados de Familia de Madrid.