Papeles del Psicólogo, 2001. Vol. (80).

Juan Carlos Duro Martínez

Director de Papeles del Psicólogo

Un signo del crecimiento de nuestra disciplina y nuestra organización profesional lo vamos encontrando inevitablemente en la progresiva desaparición de sus personajes originarios, de los primeros psicólogos que pusieron las bases para su posterior desarrollo y actual madurez.

Hoy nos duele especialmente tener que escribir sobre el papel de Carlos Camarero cuando él ya no podrá leerlo.

Conocí a Carlos en 1977 cuando él era miembro de la Comisión Permanente de la Sección de Psicología del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras de Madrid, que presidió en 1979 y yo un recién licenciado que me acercaba críticamente a los esbozos de la organización colegial, como él mismo escribió en 1992 en su emocionada carta póstuma a Rafa Burgaleta, que también murió de cáncer como él. Posteriormente fue presidente en las primeras juntas rectoras de la Delegación de Madrid desde 1980 a 1985 en las que su posicionamiento de equilibrio facilitó el debate democrático, a veces enconado, que se daba entre los emergentes sectores e intereses en la profesión. Desde la aprobación del Colegio Oficial de Psicólogos presidió la Comisión permante estatal desde 1980 a 1981, momento en el que fue elegido primer Decano de la Junta de Gobierno Estatal, cargo que mantuvo hasta 1987.

Carlos supo liderar institucionalmente a los psicólogos españoles integrando diferentes perspectivas teóricas pero siempre desde planteamientos progresistas y de defensa de la psicología como servicio público. Especialmente significativas fueron sus aportaciones en lo referente a los posicionamientos del Colegio respecto a los distintos proyectos de Reforma Sanitaria y de los Servicios Sociales, campo en el que se desempeñaba profesionalmente y en el que se significaba como un firme defensor del Estado de Bienestar en los numerosos congresos en los que participó y en las documentadas publicaciones que dio a la luz, muchas de ellas en estas mismas páginas de Papeles del Psicólogo.

Consolidado el Colegio de Psicólogos a nivel estatal y en las diferentes Delegaciones, Carlos pasa a ocuparse en 1989 de la Dirección de Papeles del Psicólogo combinando su mismo talante integrador y nuevos bríos creativos que mejoraron el fondo y la forma de dicha publicación, en cuya dirección le sucedí en 1992.

Desde entonces se va retirando del primer plano colegial sin que nunca se negase a colaborar puntualmente en diferentes actividades en las que se le requería. La última, en la primavera pasada, presidiendo el jurado del premio del Colegio de Madrid que lleva el nombre de su amigo Burgaleta.

Nos vimos en la constitución del Colegio Autonómico de Madrid y nos reímos comparando las turbulencias de las viejas asambleas de los primeros tiempos con la tranquila apatía de las actuales. Le pregunté ¿qué tal vas? y me dijo: ¡ahí vamos, luchando!. Así fue su papel institucional, una lucha en varios frentes, en todos en los que Carlos Camarero nos ha dado un entrañable ejemplo.

En su muerte confluye hoy el dolor por la pérdida y el agradecimiento por su contribución a la historia de la psicología española contemporánea.