Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1984. Vol. (16-17).
Colegio Oficial de Psicólogos
Hemos acudido a la Dirección General de Tráfico. José Luis Martín Palacín, Director General, nos recibe en su despacho. ¿Qué reclaman de la psicología y de los psicólogos los responsables de la circulación vial en nuestro país?
Sabemos que contamos con una cantera de profesionales que pueden ayudarnos a mejorar uno de los problemas más serios que tiene la seguridad vial: el problema de la actitud del conductor. Según nuestros datos, según los informes técnicos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, y según los estudios que hemos elaborado se puede decir que algo más del ochenta por ciento de los accidentes mortales que se producen en las carreteras en nuestro país, se producen por causas en las que el factor humano es determinante o por lo menos es uno de los condicionantes más importantes. Esto significa que hay que desarrollar un trabajo muy importante de cara a la educación del ciudadano, del conductor y por supuesto también del peatón. Al dar la cifra del 80 por ciento, incluía peatones atropellados tanto por imprudencia del conductor que atropella como por desconocimiento o falta de educación medio ambiental del peatón que no sabe cruzar una calle, que se lanza a cruzarla indebidamente, etc. Nosotros tenernos mucho interés en comenzar a desbrozar unos caminos que hasta ahora prácticamente no se habían abordado: planificar la educación vial desde los niveles de educación más bajos en un trabajo multidisciplinar, en el que esté el pedagogo, el psicólogo, el sociólogo y otras profesiones; esperamos que la aportación de los psicólogos ahí pueda ser bastante importante; en las Jornadas Internacionales de Psicología y Tráfico que se celebraron en Valencia, se marcaba la necesidad de la educación vial desde los primeros años de escolarización. Estamos muy interesados en ese tema; concretamente, acabamos de adquirir ya en Salamanca un edificio en el que vamos a instalar un Centro Superior de Educación Vial para profesores de EGB y ahí estarnos interesados en crear un equipo conjunto de pedagogos y psicólogos que trabajen en diversas direcciones: en investigación de métodos pedagógicos, de material didáctico y en publicaciones dirigidas a los profesores de EGB y también dirigidas a las APAS, a las Asociación de Padres de Alumnos. En Salamanca, en este Centro Superior, también queremos que se formen monitores para dar cursos por provincias a los profesores de EGB, para popularizar o introducir a fondo en la escuela la enseñanza de la educación vial, no como asignatura, que es como aparece ahora obligatoriamente en los programas de EGR, sino como una educación vital y continuada a lo largo del curso.
¿El Ministerio de Educación apoya a esta iniciativa?
Con el Ministerio de Educación estamos en contacto, no solo para esto, sino para otras cosas: desde Salamanca pretendemos participar en todas las escuelas de verano introduciendo la educación vial. Desde un principio contamos con el Ministerio de Educación. A la anterior Directora General de Educación General Básica se le planteó la creación de este Centro Superior de Educación Vial y lo vio con buenos ojos. Pensamos que el Ministerio de Educación debe aportar al Centro Superior personal, aunque sea mínimo, aunque sean dos o tres especialistas que de manera permanente están trabajando conjuntamente con nosotros en este centro, independientemente de que nosotros ya estamos preparando a algún pedagogo que es funcionario de Tráfico y pensamos enviar allí psicólogos, bien funcionarios, bien personal contratado. Estamos muy interesados en que esto no sea una iniciativa autónoma de la Dirección General de Tráfico, sino en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia, y con las comunidades autónomas que tengan transferida la competencia de Educación General Básica.
¿Otras direcciones de trabajo?
Otras dos direcciones: el seguimiento al comportamiento del conductor. Se pueden aislar los casos de conductores con actitudes de peligrosidad, actitudes de riesgo, actitud de infracción permanente, etc; con ellos se puede estudiar la patología; en algunos aspectos de esas actitudes estamos convencidos, como en otros países están convencidos, de que existe una tendencia patológica de algún tipo. En este tipo de seguimiento es importante la participación de los psicólogos, entra perfectamente dentro de su campo de actuación, de su profesionalidad. Pretendemos un seguimiento del conductor no en plan gendarme, sino el seguimiento de su conducta, a través de la comisión de infracciones, a través de la participación en situaciones de riesgo, peligro, etc., para sacar conclusiones, incluso conjuntamente con el conductor. Estamos convencidos por los datos que tenemos de que ese colectivo es muy pequeño, muy minoritario dentro de la sociedad española, dentro de los diez millones seiscientos mil conductores que hay en España; pero sin embargo, precisamente porque es un colectivo relativamente pequeño es importante hacer ese seguimiento, incluso someterles a un reciclaje continuado para mejorar ese tipo de actitudes, porque todo es mejorable.
¿Quiénes van a ser los agentes directos del seguimiento?
La Dirección General de Tráfico no va a hacer este seguimiento; la Dirección General de tráfico puede ser, y ya lo es de hecho por el tipo de tareas que tiene encomendadas, vigilancia y auxilio en carretera fundamentalmente, la fuente de información inicial: un señor comete una infracción, participa en un accidente, etc., pues lógicamente la Guardia Civil interviene extendiendo la denuncia, o interviene hacienda el atestado del accidente, incluso el informe técnico. Ellos lo que aportan son los datos, conceptos objetivables. Luego se van introduciendo en nuestro ordenador.
¿Todas las infracciones?
Para que una sanción se anote en el fichero del conductor tiene que ser una sanción en firme, por tanto tiene que haber pasado por una serie de procedimientos: primero tienes el tamiz del pliego de descargo, en el que puedes alegar contra la sanción; en segundo lugar tienes el recurso de alzada; incluso si el recurso de alzada te es desfavorable, tienes una reposición. Al final de ese proceso es cuando ya a la sanción se considera firme. A veces se dice que determinadas sanciones, una sanción por superar los límites de velocidad por ejemplo, son de tipo formal y que no deberían anotarse en el historial del conductor. Pero ten en cuenta que a la mayor parte de la gente se le multa por exceso de velocidad y ese tiene su importancia: precisamente por la actitud de ser propenso a correr porque sí, porque se va más deprisa, lo que implica una actitud de cierta peligrosidad. Y luego, en la mayor parte de los accidentes hay exceso de velocidad.
¿Con qué criterios se bautiza a alguien como conductor asocial?
Lo que no queremos hacer es calificar a priori a nadie como conductor asocial. Lo que estamos acumulando en el ordenador, que además será un archivo de datos totalmente secreto, lo que estamos acumulando son hechos para conocer el historial de ese conductor; aspiramos a que ese historial siga al conductor desde el momento en que se examina, y se pueda registrar hasta la escuela donde hizo el aprendizaje, la provincia donde lo hizo, el examinador que le examinó, el comportamiento que tuvo en el examen, etc. También se incluirán sus actitudes positivas: este señor ha colaborado con la guardia civil en evacuación de heridos, ha atendido en determinados auxilios, ha avisado inmediatamente de que ha visto un accidente; también lo positivo se tendrá en cuenta en el historial del conductor porque eso también corresponde a la actitud del conductor en carretera: el conducir bien, el ser sociable en la conducción. Con esos datos no calificamos a nadie de conductor asocial, de mal conductor, etc., sino que con esos datos en la mano se encenderá la luz roja en un momento determinado, sobre determinado conductor, sobre determinado colectivo de conductores: bueno pues porque acumulan, por ejemplo, muchas infracciones determinadas del mismo tipo o de distinta índole, porque participa en accidentes más de lo debido, porque en un control de alcoholemia se le ha encontrado ya en dos ocasiones que superaba el grado permisible de alcohol, etc., comete infracciones de exceso de velocidad, de conducción temeraria, o se le ha suspendido en alguna ocasión por algún hecho de este tipo. Entonces se enciende la luz roja sobre ese conductor o ese colectivo de conductores y ahí es donde debe empezar a intervenir el psicólogo, a ver por qué se produce este tipo de cosas; y puede intervenir con una entrevista, siempre pensamos, que tiene que haber entrevistas personales con los conductores porque partirnos de unos hechos, de unos datos concretos, sobre los cuales no prejuzgarnos nada, porque queremos estudiar con él cuál es su situación como conductor. Lo que pretendemos es que el conductor que se vea en esa situación, analice, que no considere que vamos a castigarle, sino que vamos a ponernos a su lado, a ver qué ocurre, porque a lo mejor estudiando su caso, no es solo que solucionemos su caso, sino que podernos contribuir a solucionar el caso de muchas personas que estén en sus mismas condiciones. Lo que pretendemos en colaboración con las propias autoescuelas, y a un nivel de calidad de enseñanza acreditado, sería procesos de reciclaje de los conductores. Vamos a hacerle una prueba de conducir, y a partir de ahí, con el diagnóstico en la mano le enviarnos a una autoescuela con calidad acreditada y se recicla. Pretendemos también llegar a conocer, a captar lo más profundamente posible, la psicología del conductor, incluso del peatón. Hemos empezado la entrevista viendo en el video las campañas de divulgación de este año de la Dirección General. Estas campañas se hacen ahora un poco por olfato, o por tanteo; en el momento en que tengamos datos mucho más concretos de cuál es la actitud de los conductores españoles, de cuáles son sus defectos más frecuentes, de cuáles son los problemas en los que se encuentra, etc., estas campañas de divulgación y orientación las podíamos realizar con más conocimiento de causa, de qué es lo que tenernos que decir.
Estamos ya abordando vuestros proyectos de la investigación...
Sí. Querernos conocer los porqué de un accidente. Ahora sabemos que este señor corría, o que este señor se salió de la vía, o hizo un adelantamiento indebido; lo que hay que intentar desentrañar es por qué este señor corría, o por qué este señor tiende a correr más de la cuenta, o porqué este señor ha hecho un adelantamiento indebido, etc. Entonces, hay que hacer un seguimiento, las circunstancias en que estaba conduciendo ese conductor a los efectos de qué condicionamientos tanto personales, o afectivos, o familiares, o profesionales, de donde venia y a donde iba, en qué condiciones había salido, si ese día estaba de mal humor, o se había tomado una aspirina, o se había tornado cualquier otro tipo de medicamento, o está tomándolo permanentemente, o no lo habla tornado teniendo que tomarlo, en fin múltiples condicionamientos, que pueden llevar a una persona desde a dormirse en la carretera, a conducir con euforia y salirse de la carretera, o medir mal las distancias o hacer un adelantamiento indebido, etc. ¿Para qué? Para trabajar mejor en la educación de la sociedad, desde abajo, en la orientación divulgativa de los consejos de tráfico, etc., para no estar dando mensajes mecánicos que no sabernos si realmente llegan o no.
Hablamos de muchas otras cuestiones: trazado de la ruta, señalización, diseño de los coches, mantenimiento... Pero no todo puede transcribirse. Pedimos un resumen. ¿Cuál sería desde vuestro punto de vista el principal problema en la seguridad vial?
Creo que el primer problema es el de la actitud del conductor y del peatón, y la actitud es un problema de educación que nos estamos tornando con mucho interés. Queremos que desde los niveles básicos, desde la Educación General Básica, se estudie la seguridad vial, pero no como una asignatura, sino que tiene que ser algo continuado para la vida: desde enseñar el manejo del coche, que no es tan difícil, hasta que una persona sepa comportarse socialmente; para mí el problema es ese; a lo que aspiro no es al seguimiento del conductor para aplicarle una sanción, para quitarle el carnet, sino a mejorar la actitud social y a educar para la convivencia, que es lo que va a traer como consecuencia el que haya menores infracciones y menos accidentes.