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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Última difusión: Enero 2024
  • Periodicidad: Enero - Mayo - Septiembre
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Papeles del Psicólogo, 1987. Vol. (32).




EXPERIMENTACIÓN ANIMAL EN PSICOLOGÍA Y ÉTICA

FRANCISCO JAVIER BANDRÉS y J .JAVIER CAMPOS

Universidad Complutense.

En los últimos años se ha avivado considerablemente la polémica en torno al tratamiento dispensado a los animales de laboratorio.

Diversas organizaciones con nombres tales como Frente de liberación Animal, Animal Aid, Mobilization for Animals, etcétera, han realizado acciones de protesta, en ocasiones violentas, contra los laboratorios de investigación animal principalmente en los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Estas acciones se han dirigido principalmente contra los laboratorios de investigación biomédica pero, en los últimos tiempos, el movimiento ha hecho también blanco de sus ataques a los investigadores de la Psicología que trabajan con animales. Así en 1984 se organizaron acciones de protesta con ocasión de la convención de la Asociación Americana de Psicología, en Toronto y en 1985 se publicaba un folleto en el Reino Unido (Sharpe, 1985) en el que se pedía el cese de la investigación animal en Psicología.

I. LOS HUMANOS Y LOS OTROS ANIMALES

La polémica en torno a la utilización de los animales de laboratorio se enmarca en una mucho más general cual es la cuestión de la ética de las relaciones entre los humanos y los demás animales. Un ejemplo de este debate lo constituye la obra Animal Liberation del filósofo australiano Peter Singer. En ella se reflexiona sobre el status moral que debe atribuirse a los vertebrados no humanos y se concluye que someterles a sufrimientos en beneficio de los humanos es intrínsecamente inmora1.

El análisis de estas interesantes ideas excede con mucho el objetivo de este trabajo. Y en parte es así porque este tipo de organizaciones no se han centrado en el debate sobre la ética de la utilización de animales en investigación psicológica. Su estrategia ha sido la descalificación global de estas prácticas presentándolas como horribles torturas realizadas para obtener información irrelevante.

El carácter pretendidamente irrelevante de la información obtenida es subrayado argumentando (Sharpe, 1985) que, se investiga para replicar experiencias ya realizadas, que los objetivos de la investigación son triviales y que la información o no es relevante para el sujeto humano o podría haber sido obtenida directamente en él. Estos argumentos implican un sorprendente desconocimiento de la realidad de la investigación psicológica.

Precisamente uno de los problemas fundamentales de la investigación animal, así como de la humana, es la escasa dedicación a la replicación de los resultados experimentales (Nieto, 1985). Está muy claro que el sistema imperante de créditos a la investigación desalienta la replicación de experimentos y presiona al investigador para que sea "original" y dirija su actividad a ternas de importancia social. Es justamente la falta de replicaciones la que debilita la confiabilidad de algunos datos experimentales.

Por otro lado, las aplicaciones al bienestar humano de la información obtenida en la investigación animal son bien conocidas para el psicólogo. Miller (1985) ha recogido en su trabajo algunas de ellas: control de insectos peligrosos, tratamiento de la enuresis, localización de supervivientes en naufragios y derrumbamientos, tratamiento. de la escoliosis idiopática, modificación de conductas fóbicas y compasivas, modificación de la anorexia, técnicas de biofeedback, investigación de los mecanismos psiconeuroinmunológicos, tratamiento del dolor crónico, modificación de conductas adictivas, desarrollo de drogas antipsicóticas, tratamiento de la enfermedad de Parkison, entrenamiento de animales de compañía para los minusválidos, desarrollo de programas de estimulación temprana, tratamiento de los déficits cognitivos asociados al envejecimiento...

II. DEL DESCONOCIMIENTO A LA DESCALIFICACIÓN

Las organizaciones de "liberación animal" no se han destacado tampoco por su exactitud e imparcialidad en la discriminación de los métodos que el psicólogo utiliza habitualmente en el laboratorio animal. Es evidente que se causan molestias y un cierto grado de sufrimiento a los animales, tal y corno ocurre en la investigación biomédica sobre multitud de enfermedades. Pero describir el método de la supresión condicionada como una "tortura con electrodos" y el régimen de limitación de peso al 80% como "dejar morir de hambre a los animales" implica una intención de confundir y manipular al neófito (v. Coile y Miller, 1 984).

Los argumentos concretos de las organizaciones que propugnan la abolición del uso de animales en la investigación psicológica se han mostrado inexactos, cuando no radicalmente falsos. Sin embargo, han tenido un efecto tremendamente positivo: por primera vez la comunidad científica se ha planteado en serio la necesidad promover el máximo bienestar posible para los animales de laboratorio. Fruto de esta preocupación es la fundación de instituciones como el Centro para las Alternativas a la Experimentación Animal afiliado a la Escuela de Higiene y Salud Pública de la Universidad John Hopkins, de Baltimore (v. Gascón, 1985).en el terreno de la Psicología la preocupación se ha plasmado en la publicación de las Guías de conducta ética en el cuidado y uso de Animales de la Asociación Americana de Psicología cuyas normas probablemente sean adoptadas próximamente en el Código Deontológico del Colegio de Psicólogos.

En la actualidad no disponemos de alternativas válidas a la investigación animal en ciertas áreas de la Psicología. Como han señalado Gallup y Suárez (1985), ni la simulación por ordenador, ni el estudio de embriones o tejidos cultivados suponen salidas viables, y alguna de ellas agrava problemas de ética más que solucionarlos.

Ello no nos exime de buscar cualquier alternativa que suponga una reducción en las molestias que causamos a los animales y que sea compatible con un objetivo de investigación razonable.

III. LA PROTECCIÓN A LOS ANIMALES

Nuestro país está necesitado de un fuerte movimiento social de protección a los animales que se enfrente con los problemas reales: fiestas bárbaras en las que el sufrimiento del animal es ingrediente esencial, abandono masivo de animales de compañía en ciertas épocas dela año, ausencia de una legislación sobre el castigo de los malos tratos a los animales...

Ojalá se encuentre en la sociedad una sensibilidad ante estos problemas equiparable a la demostrada por la comunidad científica.

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