Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 2001. Vol. (79).
Eduardo Montes Velasco
Vicedecano Primero del COP
El pasado año conmemorábamos el vigésimo aniversario de la creación del Colegio Oficial de Psicólogos de España (COP), que no por reiterarlo una vez más está menos justificado. En este editorial me referiré a esta etapa que comprende desde la fundación del COP Estatal hasta la creación de Colegios Oficiales de Psicólogos por Comunidades Autónomas, en cuyo proceso estamos inmersos de lleno.
Recordemos que los psicólogos pioneros se integraron en los Colegios de Doctores y Licenciados en Letras y Ciencias de cada provincia. En su seno se constituyeron las Secciones de Psicólogos. Después de creado el COP por Ley 43/1979, el 31 de diciembre de 1979, estas secciones se incorporaron al mismo. A partir de entonces los psicólogos podían integrarse en su propio colegio profesional.
Veinte años de memoria colegial es de por sí una buena oportunidad para resaltar logros y reconocer insuficiencias. Con la implicación y colaboración de muchos colegas se ha logrado que el ejercicio profesional de la Psicología sea demandado por el conjunto de la sociedad y, en cuanto ciencia, sus avances son igualmente significativos.
En efecto, hoy día la intervención psicológica es requerida en los sectores de actividad más diversos: educación y salud mental, departamentos de recursos humanos en las organizaciones y empresas, servicios de atención personal y a la comunidad, tanto en el ámbito privado como en las administraciones e instituciones a lo largo y ancho de España.
Probablemente, en los últimos diez años se ha producido un avance tan significativo que quienes estamos dentro no apreciamos con objetividad ni reconocemos con justicia. A fecha de hoy están funcionando con regularidad las siguientes comisiones o grupos de trabajo:
- Psicología Clínica.
- Psicología del Tráfico y la Seguridad.
- Psicología del Trabajo y de las Organizaciones.
- Psicología Jurídica.
- Psicología y Drogodependencias.
- Comisión de Intrusismo.
- Psicología de la Intervención Social.
- Comisión de Formación.
- Psicología de la Educación.
La Comisión Deontológica Estatal ejerce una función arbitral entre los colegiados y los clientes, siendo garante del correcto ejercicio profesional. También durante estos años se han firmado protocolos y convenios de colaboración con instituciones, tanto públicas como privadas, abordando temas y contenidos variados en las diferentes demarcaciones territoriales.
Puede parecer corto el camino que hemos andado, pero quienes llevamos más tiempo en el Colegio sabemos que no hay comparación en número ni calidad desde el comienzo del trayecto a la situación que estamos viviendo. Hoy al psicólogo se le reconoce un estatus, su perfil profesional está más definido y por doquier se reclama su intervención. Las actuaciones del psicólogo son demandadas por la población y las respuestas en sus intervenciones se van dejando notar en los diferentes ámbitos de la actividad humana, y tanto en el sector público como en el privado.
Si no estamos más incardinados en el tejido social y laboral es, en alguna medida, porque no acabamos o no sabemos estar a la altura de las expectativas que la profesión suscita. Eso me parece a mí, al menos. El cambio de los tiempos exige adaptaciones profundas en las instituciones. Renovarse o morir es la consigna de estos tiempos. Lo mismo sucede con las profesiones, y pocas están tan supeditada a los acontecimientos y avatares humanos como la del psicólogo.
A mi modo de ver, el mayor logro institucional del COP alcanzado en este período ha sido la aprobación de los Estatutos Generales del Colegio Oficial de Psicólogos de España (por R.D. 481/1999, de 18 de marzo, -BOE nº 83 de 7 de abril-). El déficit más notable lo pondría en el descuido que se ha tenido con la Psicología de la Educación, la cual ha sido y seguirá siendo un yacimiento de empleo inagotable para los psicólogos.
No cabe duda que el trayecto realizado en los veinte años transcurridos, en cuanto a la consolidación profesional se refiere, arroja un saldo positivo y se vislumbra, igualmente, un futuro halagüeño. Pero podría verse empañado con la segregación en Colegios Oficiales de Psicólogos por Comunidades Autónomas. Es el reto más inminente que nos queda por acometer y mi recomendación es que empleemos el sentido común. La culminación en el Consejo de Colegios de Psicólogos será un éxito si no olvidamos que la ciencia psicológica nunca debe ser divisible.
Por último, decir que hemos de prepararnos convenientemente para desempeñar los cometidos psicológicos con competencia, cualificación y celo profesional. Es preciso aprovechar las oportunidades, todas las oportunidades que requieren de la ciencia psicológica, y aplicar las destrezas que están a nuestro alcance en las áreas de intervención. En esto notará la sociedad que somos un colectivo preparado para dar la respuesta adecuada a las necesidades que en su seno van surgiendo.
Desde la Junta de Gobierno, a la que me siento honrado pertenecer desde el cargo de Vicedecano Primero, siempre tendréis nuestro apoyo, aliento y dedicación. Además, tened por seguro que realizaremos cuantas gestiones y servicios sean necesarios para culminar satisfactoriamente las encomiendas y propuestas hechas por todos los colegiados y colegiadas. Vuestra satisfacción es nuestra necesidad y vuestros logros nuestra recompensa. Seremos fuertes si nos mantenemos unidos, compartimos los mismos intereses y nos marcamos objetivos que sean compatibles con las peculiaridades de cada demarcación o idiosincrasia sociocultural. En esa línea estamos y por esa senda queremos seguir caminando.